Tarea asignada de Historia del mundo 1°B
Fecha de asignación: 08
de febrero
Fecha de entrega: 12
de febrero
Hora de entrega
máxima: 20:00hr
Plataforma de
entrega: Google Classroom (Cuenta No educativa)
Tema:
Formación de los Estados Nacionales
Subtema:
La Segunda Guerra Mundial
Ap.
Esperado:
-Reconoce
el tratado de Versalles como consecuencia del triunfo aliado y como factor de
la segunda guerra mundial.
-Analiza
el fascismo y su papel de impulsor de la segunda guerra mundial.
Introducción
El tratado de Versalles, la situación social y económica de ese tiempo, la caída de la bolsa de valores de E. U. (Black Thursday) así como el crecimiento del fascismo y el nacional-socialismo, supusieron una mezcla de situaciones que desembocaría en el segundo conflicto armado a nivel mundial.
Al finalizar la Primera Guerra Mundial se firmó el Tratado de Versalles y muchos pensaron que sería la última de todas las grandes contiendas. Sin embargo, la forma en que se configuró la paz, portaba la semilla de graves problemas que condujeron al estallido de un segundo conflicto, aún más devastador.
Durante los años 20 y 30, se desarrollaron los fascismos en numerosos estados europeos. En Alemania creció vertiginosamente el Partido Nazi, que dirigido por Adolf Hitler, apelaba a la recuperación del orgullo nacional. Una vez en el poder, ilegalizó y eliminó de la escena política al resto de formaciones políticas. Hitler inició la reconstrucción del ejército, al tiempo que reclamaba los territorios arrebatados a Alemania al finalizar la I Gran Guerra. Lo hizo saltándose las cláusulas del Tratado de Versalles y desafiando a la Liga de Naciones. Ésta carecía de suficiente fuerza para oponerse a las agresivas acciones de Alemania.
Frente a esa política de hechos consumados, las grandes potencias optaron por el “apaciguamiento”. Pensaban que, una vez le hubiesen sido concedidas algunas de sus exigencias, el dictador alemán pondría fin a sus ansias de expansionismo. Sin embargo la actitud sumisa de las potencias provocó el efecto contrario.
Lo anterior descrito, fueron los “ingredientes” necesarios para que iniciara un conflicto aún más devastador que el primero: La Segunda Guerra Mundial. Se trata del conflicto más grande que se ha dado en la historia de la Humanidad, la guerra que dejó millones de muertos y enormes consecuencias políticas y sociales. Para entender las causas del conflicto hay que tener en cuenta la manera en que se puso fin a la Primera Guerra Mundial. La Paz de Versalles (1919) se redactó atendiendo únicamente a los intereses de los vencedores (Francia, Reino Unido, Estados Unidos e Italia).
A lo largo de la década de los 30 Hitler no cesó de denunciar el humillante trato que Alemania había recibido, despojada de su ejército, eliminada su condición de gran potencia y obligada a pagar exorbitantes sumas en concepto de reparación de guerra. Alemania hubo de asumir importantes pérdidas territoriales en favor de Francia (Alsacia y Lorena). La región del Sarre permaneció durante 15 años bajo el control de la Sociedad de Naciones, administrada por Francia. En su parte oriental, hubo de ceder Prusia Oriental y Silesia a Polonia. La región de Renania fue declarada zona desmilitarizada. Danzing fue establecida como una ciudad estado autónoma bajo tutela de la Sociedad de Naciones y el control de Polonia. Las exorbitantes indemnizaciones que Alemania hubo de transferir a los vencedores, lastraron durante años su economía. Imposibilitada para atender los pagos y sometida a una creciente depreciación de su moneda, se convirtió en pasto de una galopante hiperinflación, que alcanzó su punto álgido en 1923. La República de Weimar (1919-1933) desarrolló su andadura inmersa en una situación de extrema inestabilidad, alentada por la agitación del nazismo hitleriano.
El intransigente papel jugado por
Francia frente a Alemania agravó aún más las tensiones que sacudían a Europa.
El Imperio Austro-Húngaro desapareció como tal. Austria quedó reducida a un pequeño estado de lengua germana, quedando expresamente prohibida su unión con Alemania. Hungría perdió la zona de Transilvania en favor de Rumanía. De las ruinas del imperio surgirá Yugoslavia (compuesta por serbios, croatas y eslovenos). También Checoslovaquia, que encerraría en su seno graves problemas étnico-lingüísticos como el de los sudetes, objetivo del expansionismo nazi años más tarde.
Rusia hubo de admitir en 1918 la
independencia de las repúblicas bálticas de Estonia, Letonia y Lituania.
Italia, que había obtenido del Imperio Austro-Húngaro diversos territorios (Trieste, Istria, Trentino Alto Adigio y varias islas de Dalmacia), no quedó satisfecha con las condiciones de la paz. A partir de 1918, Mussolini, demandaría protagonismo internacional para su país, así como concesiones territoriales en África y los Balcanes.
Este escenario político se vio
agravado por una fuerte atonía económica. Se intentó paliar por medio de
acuerdos internacionales que afrontaran el espinoso asunto de las reparaciones
de guerra. Fruto de ese esfuerzo surgió el Plan Dawes (1924), seguido del Plan
Young (1929). Ambos sirvieron, al menos, para reactivar momentáneamente la
economía. Sin embargo, el Crac de la bolsa de Nueva York en 1929, dio al traste
con las esperanzas depositadas en una sólida y prolongada recuperación
económica.
Por otro lado, los fascismos surgieron tras la Gran Guerra en un escenario de crisis económica, social, política e ideológica que originó un caldo de cultivo propicio al exacerbamiento de los nacionalismos. Constituyeron una ideología que en mayor o menor medida se extendió por casi toda Europa a través de organizaciones inspiradas en el modelo italiano de Mussolini y, algo más tarde, en el nazismo alemán.
En Alemania Hitler desarrolló una política tendente a crear un estado de base racial, el III Reich. Para ponerlo en marcha con garantías de éxito necesitaba crear un potente ejército con el que poder anexionarse territorios y satisfacer los anhelos imperialistas de una “Gran Alemania”. Pero para ello tenía que sacudirse las limitaciones del Tratado de Versalles, que, a su juicio, constituían una humillación para los alemanes. En 1933 abandonó la Sociedad de Naciones e inició una política expansiva que se concretó en la Anexión del Sarre (1935), la remilitarización de Renania (1936), la anexión de Austria (1938) y la anexión de Checoslovaquia (1938). Texto. Asesinato del Archiduque Francisco Fernando y su esposa en Sarajevo, según el diario ABC. Ante ello las potencias europeas prefirieron adoptar una actitud pasiva, de apaciguamiento, a fin de evitar la confrontación militar.
En Italia, Mussolini igualmente alentó
el expansionismo territorial en pos de la creación de un imperio colonial que
engrandeciera al país económica, política y militarmente. Fruto de esa
estrategia fue la invasión de Abisinia en 1935, que le acarreó la expulsión de
la Sociedad de Naciones.
En octubre de 1936 ambos líderes firmaron una alianza denominada el “Eje Roma-Berlin” (al que se sumarían más tarde Japón y otros estados). La colaboración entre ambos dio sus frutos durante la Guerra civil española (1936-1939).
Japón, aunque no desarrolló de manera
explícita un régimen fascista, no obstante, tuvo rasgos similares, como el
totalitarismo y un exacerbado militarismo. Al igual que los de Alemania e
Italia, los gobernantes japoneses buscaron la creación de un imperio que les
concediese la supremacía económica, política y militar en Asia.
En septiembre de 1939, tras haber acordado con la URSS el reparto del país, Hitler invadió Polonia. Reino Unido y Francia, garantes de su seguridad, declararon la guerra a Alemania. Las tropas germanas avanzaron a través Polonia, Dinamarca y Noruega, Bélgica, Holanda, y la misma Francia. Franceses y británicos, incapaces de resistir su embestida, quedaron atrapados en Dunkerque, hostigados por el ejército y la aviación germana. Los británicos, para evitar caer en sus manos, hubieron de abandonar todo el material bélico pesado y atravesar el Canal de la Mancha rumbo a su territorio. Derrotada Francia y debilitado Reino Unido, Hitler contaba ahora con la oportunidad de invadir las Islas Británicas. En julio de 1940 se iniciaba la Batalla de Inglaterra, en la que Alemania trataría infructuosamente de eliminar del cielo a la aviación británica que defendía las islas.
Para entonces, Benito Mussolini, aliado de Alemania, había declarado la guerra a Francia y Reino Unido, en un intento por apoderarse de sus territorios africanos. Japón por su parte, aliada a las potencias del Eje, bombardeó el 7 de diciembre de 1941 la base de Pearl Harbor, allí se encontraba anclada la Flota del Pacífico de Estados Unidos de Norteamérica. Pretendía eliminar el principal obstáculo en la creación de un gran imperio en el Sudeste asiático. La guerra se extendía por un nuevo continente, el conflicto adquiría dimensión universal.
A partir de 1942 se apreciaron los
primeros síntomas de agotamiento en las fuerzas del Eje. En octubre de 1942 el
Afrika Korps se vio obligado a retroceder en el N. de África. En noviembre de
ese mismo año las tropas rusas emprenden la contraofensiva y cercan al ejército
alemán en Stalingrado. En el Pacífico la escuadra japonesa es estrepitosamente
derrotada en la Batalla de Midway (junio de 1942). La guerra comenzaba a
cambiar de signo.
En 1945 la Alemania del III Reich y el Imperio de Japón atraviesan graves dificultades. Su derrota está próxima. Acosada por dos frentes, Alemania trataba de resistir con desesperación los embates de los anglo-americanos por el Oeste, y de los soviéticos por el Este. Hitler intentaba aplazar lo inevitable. Los aliados emprendieron la carrera hacia Berlín. En la capital se luchó casa por casa hasta que hubo de capitular. Poco antes, Hitler se suicidaba en el búnker de la Cancillería.
Por su parte, los gobernantes
japoneses, abrumados por los bombardeos que destrozaban sus ciudades y centros
industriales, sin posibilidad de respuesta, ya que su aviación había quedado
fuera de combate, proseguían una resistencia sin esperanzas. Ello animó al
Presidente de Estados Unidos Truman a ordenar el lanzamiento de dos bombas
nucleares, que arrasaron las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Japón se vio
forzado a rendirse.
Para entender mejor la lectura puedes
consultar: https://www.youtube.com/watch?v=jyiKtw9Ml2M
Actividad.-
1. Dar lectura al texto
“introducción” (anexo), para recordar la situación mundial en el periodo
entreguerras, luego, da lectura a tu libro de texto de la página 103 a la 106,
al término, realiza un esquema de análisis de procesos con la información de
ambas lecturas.
2. En el planisferio colorea de
color verde los países que conformaron “Potencias del Eje” y de color azul los
países que formaron parte de las “Potencias Aliadas”.
3. Copia el eje cronológico en tu
cuaderno (el de la en la página 107) y coloca Las fechas que corresponde a cada
hecho histórico.
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